
Los cambios curriculares en educación básica y media superior, representan un reto importante para los docentes en proceso de inserción, debido a que el conocimiento y apropiación de los nuevos programas de estudio y materiales educativos apenas comienza. Lo anterior obliga a un proceso de formación continua basado en el análisis de la práctica y la identificación de los desafíos cotidianos concretos que los nuevos docentes enfrenten en el aula y la escuela.

Para profundizar en el proceso formativo de los nuevos directivos durante el segundo año de la etapa de inserción, resulta fundamental consolidar la reflexión como un referente para pensar y movilizar la práctica, así como el conocimiento del contexto, la comunicación con la comunidad escolar y el vínculo con instancias externas.

La transición de docente a directivo plantea retos para quienes asumen el nuevo cargo y para las comunidades escolares que los reciben. Al mismo tiempo, representa una oportunidad para construir vínculos basados en la confianza, el diálogo, y la colaboración.