El cambio para la mejora educativa modifica en diferentes grados y formas la práctica de los docentes en todas las funciones que desarrollan. Entre sus efectos inmediatos solemos encontrar inquietud, duda, apatía y muchas veces resistencia.
Los cambios también suelen verse con desconfianza y temor, ya que implican modificaciones en las formas de pensar y hacer las cosas, las cuales consideramos adecuadas para las tareas que habitualmente desarrollamos y los propósitos que perseguimos.
En ocasiones, respondemos al cambio trasladando lo nuevo a lo ya existente; por ejemplo, cuando pensamos que las nuevas propuestas son “lo que siempre hemos hecho” sólo que planteado con un lenguaje diferente. Sin embargo, en este caso, debemos preguntarnos si realmente estamos profundizando en los fundamentos que están detrás del cambio propuesto.
Los cambios también representan la oportunidad de reflexionar sobre nuestras prácticas y fortalecer nuestros saberes y conocimientos, pero exige disposición para movernos de lo ya conocido, a fin de buscar alternativas que nos permitan mejorar y atender los retos que se nos plantean.
La apropiación de las propuestas de cambio para la mejora no es una tarea sólo individual, exige que reflexionemos con otros colegas, tomemos decisiones compartidas y participemos desde nuestros propios ámbitos de responsabilidad.
¿Cómo podemos enfrentar de manera colectiva la incertidumbre e inquietudes que nos genera el cambio y construir alternativas para los desafíos que implica? ¿Qué podemos hacer para que el cambio impacte favorablemente en la mejora de nuestras prácticas?
Texto
- Hargreaves, A., y Fink, D. (2006). Estrategias de cambio y mejora en educación caracterizadas por su relevancia, difusión y continuidad en el tiempo. Revista de Educación, (339), 43-58.
https://www.educacionyfp.gob.es/revista-de-educacion/numeros-revista-educacion/numeros-anteriores/2006/re339/re339-03.html
Los autores nos plantean que los cambios que necesitamos para el aprendizaje profundo y duradero de los estudiantes requieren procesos sostenibles, democráticos y justos. Basados en principios como amplitud, profundidad, continuidad, diversidad, justicia, disponibilidad de recursos y conservación de la memoria, el cambio y la mejora pueden proyectarse sobre diversas esferas de influencia recíproca entre la escuela y la comunidad, el sistema educativo en su conjunto y los movimientos sociales.
- Bolívar, A. (2017). El mejoramiento de la escuela: líneas actuales de investigación. Revista portuguesa de pedagogía, 51 (2), 5-27.
https://impactum-journals.uc.pt/rppedagogia/article/view/1647-8614_51-2_1/3912
El autor realiza la revisión de las políticas de mejora de la escuela, proponiendo estrategias horizontales de trabajo que puedan construir sus capacidades de mejora.