La inserción a la profesión docente y directiva se complica debido al carácter tradicionalmente aislado de la práctica. Sin embargo, existen acciones muy sencillas que las comunidades educativas pueden realizar para apoyar a los colegas que recién ingresan.

Compartir experiencias: genera confianza y ayuda a enfrentar los desafíos. Permite conocer las perspectivas de la comunidad escolar, los estilos de trabajo y los lenguajes

Impulsar la colaboración: en una escuela, los estudiantes son de todos los docentes. Por ello, participar y “construir” colaboración en proyectos y actividades resulta fundamental para saber a qué escuela se ha llegado. Conocer y aprender de los colegas más experimentados es importante para sentirse parte activa del equipo

Generar espacios para la reflexión sobre la práctica: incentiva la búsqueda de oportunidades de mejora y crecimiento profesional; quien recién ingresa sabe que llegó a una “escuela que aprende”

Reconocer y valorar los logros de los compañeros a lo largo de su proceso de inserción, contribuye a incrementar su motivación y compromiso. Le permite dejar de ser un miembro periférico que aprende, para ser un protagonista que también enseña

Implementar mecanismos de acompañamiento y retroalimentación, favorece que se pueda recibir apoyo específico, comentarios puntuales, motivación permanente y orientación frente a la incertidumbre. Todo ello con acciones debidamente planeadas con responsables concretos

Promover inclusión y respeto, establecer un ambiente escolar en el que todos los miembros se sientan valorados y respetados, y se promueva la equidad y la diversidad

Todas estas acciones pueden plantearse de manera sistemática con el fin de favorecer la recepción intencionada de los nuevos integrantes de la comunidad escolar, así como su sentido de pertenencia.

¿Qué otras acciones llevan a cabo para favorecer el proceso de inserción de nuevos integrantes a su comunidad escolar?