Reflexionar de manera colectiva permite a los docentes conocer otras prácticas y abrirse a puntos de vista que pueden ser mejores a los suyos; compartir experiencias y analizar situaciones que pueden representar un dilema y requerir una solución colectiva. Al compartir su experiencia, los docentes expresan opiniones sobre sus prácticas y contribuyen al mejoramiento común de la enseñanza, es decir, a la mejora educativa emprendida por todo el equipo y no solo de forma individual.

¿Cómo reflexionar en colectivo? 

Una de las formas que los colectivos docentes pueden adoptar para reflexionar sobre su práctica, consiste en revisar y analizar los trabajos y lo que producen los estudiantes en sus aulas. Ello puede permitirles reflexionar sobre el tipo de tareas que proponen; el manejo, superficial o profundo, que dan a los contenidos escolares; los aspectos a mejorar para fortalecer el aprendizaje, pero, sobre todo, puede servirles para identificar necesidades, lagunas, carencias y retos que, de manera aislada y sin reflexión colectiva, difícilmente pueden identificarse y atenderse.

Esta tarea debe emprenderse en equipo, para que la reflexión que se realice sobre ella aporte elementos eficaces para mejorar la práctica individual de aula.  ¿Qué se requiere para esta tarea?, la reflexión colectiva exige tener habilidades para la comunicación, disposición para la reflexión colectiva, capacidad para tomar decisiones, así como tener definido claramente el o los contenidos que se trabajarán.

Para poner en marcha la reflexión colaborativa en su escuela, pueden, por ejemplo:

• Planear colectivamente una secuencia de aprendizaje
• Plantear un proyecto transversal de aprendizaje
• Observar sus clases mutuamente, de uno a uno, por parejas o en equipo
• Trabajen dos docentes en un mismo grupo dando la misma clase
• Ensayen y perfeccionen alguna técnica o metodología de enseñanza entre dos o más colegas, comparando sistemáticamente sus resultados
• Inviten y compartan proyectos y actividades con docentes de educación especial, con el mismo director de la escuela, el supervisor, el encargado de laboratorio o el docente de asignaturas paraescolares
• Formen un pequeño grupo de estudio (o grupo de apoyo) con unos pocos colegas, en donde entre ustedes formulen preguntas que permitan que el otro reflexione en cómo y por qué hace lo que hace, siempre con miras a buscar alternativas para transformar su práctica.
• Contacten a docentes o equipos docentes de otras escuelas.