El diario de Ana Frank es un testimonio que invita a la reflexión. En él se muestra la palabra de una niña alemana, de origen judío de 13 años, que no sólo denuncia el genocidio al pueblo judío durante su época, sino que es un mensaje que perdura en el tiempo.
Llegué a vivir sin el apoyo de mamá o de quienquiera que fuese, a costa de luchas, de muchas luchas y lágrimas; me costó caro llegar a ser tan independiente. Puedes reírte y no creerme, pero eso no me importa […] Tengo conciencia de haber crecido sola, y no me siento en lo más íntimo responsable hacia ustedes […] Cuando me debatía completamente sola, todos ustedes, y tú también, cerraron los ojos y se taparon los oídos: nadie me ayudó; al contrario, sólo recibí regaños porque era demasiado revoltosa. Al llamar así la atención, pensaba acallar mi pena, me obsesionaba silenciar esa voz interior. Durante más de un año y medio interpreté la comedia, día tras día, sin quejarme, sin apartarme de mi papel, sin desfallecer. Ahora la lucha ha terminado. He ganado, soy independiente de cuerpo y espíritu; ya no necesito una madre, me he vuelto fuerte a fuerza de luchar […] (Frank, A., s.f.)
A partir de la lectura del texto, te invitamos a identificar los aprendizajes de Ana Frank durante su encierro obligado en un espacio pequeño, donde se ocultaba, para no ser deportada y sacrificada, por su condición de judía. Relaciona estos aprendizajes con los que has logrado durante la contingencia.
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