Cuando el nuevo docente o directivo se relaciona con su grupo o la comunidad escolar debe asumir una actitud indagadora y poner en cuestión algunas creencias que se encuentran conectadas a la experiencia vivida durante su trayectoria académica que pueden influenciar positiva o negativamente su actuación.
Las primeras experiencias en el espacio educativo son un reflejo de valores y acciones observadas en docentes u otros actores educativos con quienes has interactuado en tu experiencia personal.
Ese reflejo es una huella que delinea las formas de interacción y comunicación con los demás.
En este inicio del trabajo escolar, ¿Cómo te has integrado a tu comunidad? ¿Cuáles de estas ideas te pueden ayudar a integrarte mejor? ¿Qué otras ideas puedes plantear?
Para explorar cómo las huellas juegan un papel primordial ante los retos de tu tarea educativa, te invitamos a conocer las reflexiones de un grupo de maestros que se recuperan en una investigación de la UPN, en el documental “Hacerse maestro. Un camino complejo”, que encontrarás en la sección “Para saber más” de este blog.
Analizar críticamente tu propia práctica como docente o directivo, así como el escenario educativo cada vez más incierto y cambiante en el que participas, exige reconocerte como miembro de una comunidad escolar en la que aprenderás a diseñar soluciones creativas junto con tus compañeros para atender las necesidades de tus estudiantes y de la comunidad educativa.
Si hicieras un recorrido por tu trayectoria escolar y profesional ¿Qué rasgos o eventos en tu historia personal y profesional facilitaron tu elección vocacional? ¿Quiénes son los docentes y directivos a quienes puedes considerar como referentes en tu actividad? ¿Qué nuevos aprendizajes o quiénes de tus colegas están dejando huellas y abriendo nuevos senderos para tu práctica?